11 de julio de 2016

CRÓNICA XXXVI GRAN PREMIO SANTÍSIMO CRISTO DEL CALOCO

Calor, calor y calor... Así podríamos empezar y acabar la crónica de esta prueba.

El año pasado no pude acabarla, ya llegué cortado a Ávila y fue una odisea volver... pero es otra historia. Así que este año voy con más ganas, además han venido a verme y es la última prueba antes de mi época de viajes.

Aunque han cambiado el recorrido y ahora solo es Master, la primera parte ya me la conozco y sé que va a ser un infierno de repechos y palos. No me equivoco. Parece que la escapada no convence y vamos en romería de lado a lado saliendo unos a por los otros... En una de estas me meto detrás de Antonio Martín (C.D. Orquín) hasta que nos coje Jesús Martín (C.C. Getafe) y se para. Una pena no llegar a la escapada buena pero para mi fue un minuto de gloria. A partir de ahí me intento refugiar y seguir los buenos consejos de Miguel Tabanera (Esteve) y guardo la ropa lo que puedo hasta Ávila. Me doy cuenta que voy mal de agua y que la caliente que me queda no hace nada.

He llegado, esta vez he llegado en el pelotón. No conozco la primera subida pero parece que tras los estirones del paso por la población la cosa se calma, el aire de de cara y parece que vamos parados. Pienso que es un respiro pero cuando bajo la cabeza el Garmin me indica que voy a 180 ppm y no lo entiendo. Mientras arranca Tabanera y después Jesús. Pienso en salir pero vuelvo a mirar el pulso y sé que no iba a ir lejos, mejor aguantar y coger aire. Pero ni aire ni agua.

Cuando la cosa se pone seria noto que no me queda nada en las piernas. Se van unidades. Trato de no cebarme pero sigo perdiendo. Cuando parece que se acaba el puerto viene llano y vuelve a subir, o bajamos un poco y vuelve a subir. Hago un gran esfuerzo por seguir coger a un grupo que navega pero les acabo perdiendo. Por fin se acaba. Sin descanso a penas llegamos a la Lancha y al cruce donde me desvió la Guardia Civil el año anterior (mejor no recordarlo). Empezamos a subir un grupo más o menos claro. Veo que la gente que tiene piernas no sabe pasar y los que saben no pasan. Por fin nos dan agua fresca. Parece que empiezo a recuperar y subo cómodo. Demasiado. Nos pasa la moto poco antes de coronar.

En la bajada se van varios corredores por delante. Más bien un compañero nos corta al resto frenando de más. Cuando consigo pasarle tiro hasta enlazar pero pago el esfuerzo y cuando viene la recta final de bajada me quedo, me pasa alguien del Getafe y no puedo seguirle. Pienso en bajarme de la bici. El calor es doloroso. Me vuelven a dar agua desde una furgo y trato de aguantar dignamente hasta el Espinar. El coche escoba detrás mío siembra dudas, pero ya he decidido acabar aunque sea a gatas. Me pasa un compañero (no recuerdo quien) y aunque le intento seguir me acabo descolgando. Estoy completamente hundido. Al rato le veo mirar y me espera. Consigo soldarme a su rueda y pedirle perdón por no pasar. Y cuando vemos el Espinar y respiro aliviado resulta que hay que rodearlo. Que agonía. Pasamos por la meta mientras recogían y se puede decir que después de coger algo de bebida me derrumbo en el suelo. Me traen hielo y parece que recobro poco a poco la compostura... (Muchas gracias a Juanma del Getafe por la atención).

Sin duda una de las pruebas en la que más he sufrido. No la más dura realmente pero sí la que me ha dejado más vacío. Como siempre os dejo la clasificación, la crónica de Master a Bloque y mis datos de Strava.





No hay comentarios:

Publicar un comentario