27 de noviembre de 2017

CRÓNICA II CARRERA DEL PAVO DE ARROYO DE LA ENCOMIENDA 2017

Tras un breve descanso volvemos a una prueba sin ninguna aspiración pero con muchas ganas.
Por diversos motivos, desde el pavo de Segovia de 2015 no había podido volver a una de estas y, aunque la explosividad, los giros y el llano no son, sin duda, mi mejor terreno, la motivación me hacía quedarme de corto frente al engañoso sol de Valladolid. Con un buen ambiente, mucha gente joven, féminas, y bastante público iban pasando las distintas mangas por el escueto circuito de poco más de un kilómetro.

Cumpliendo los horarios y tras el llamamiento individual de cada corredor por parte del animado speaker (lo que me recordó a las parrillas de XCO) arrancábamos la tanda de Master 30 junto a los Élites. Como era de esperar en una carrera tan corta se salió a tope y en lo que me entraba la cala en el pedal ya iba el último... Tiempo de sobra para darme cuenta de lo que nos íbamos a estirar y lo difícil que iba a ser esto.

Las primeras vueltas traté de no descolgarme mientras le cogía el punto a la trazada de las curvas. La mancha roja de Victor Castro (el ganador del año pasado) que veía por delante escapado con Oscar Puyol me servía de referencia hasta que, por desgracia, pinchó a las pocas vueltas. A partir de entonces no sabía muy bien quien iba por delante. El speaker decía que eramos el "pelotón" y hasta narró una de mis arrancadas en meta... que quedaban en nada el la siguiente bajada.

Así que como en una noria iba tratando de tomar las curvas delante del grupo, apretaba en la subida de meta y perdía posiciones bajando. Eso en 2 minutos por vuelta. Hasta que en un momento se fueron varios corredores por delante a la caza de Puyol y de varios que yo vi, de pronto, delante había un grupo... adelantábamos corredores doblados y supongo que algunos se engancharon ahí. Cada paso por meta intentaba oír referencias pero nada, solo el cartel de las vueltas que faltaban me daba una idea de lo que nos quedaba de agonía.

Con bastante confusión y un inoportuno doblado por medio entré primero del grupo a la recta de meta pero aun así me adelantaron varios corredores. Acabé contento aunque con los pulmones gritándome tregua (aun me dura el carraspeo) mientras volvía a poner todo en orden... ¡Ahora toca hamburguesa!

Como siempre, os dejo la clasificación y mis datos de Strava, en este caso viendo los segmentos de cada vuelta se ve todo más claro...

Ah, se me olvidaba, también dejo la noticia referida en El Norte de Castilla donde salgo en la foto de salida, en el texto ya solo hablan de los corredores profesionales, campeones de España y eso...
 ^_^



22 de noviembre de 2017

DE PUERTOS: SERRANILLOS, PEDRO BERNARDO Y MIJARES

Continuando con la escapada a Gredos nos desplazamos a Navarrevisca para empezar con el puerto de Serranillos la etapa.

Carretera tranquila, en buen estado y soleada. Pese al frío de la noche, por debajo de los 10 grados, la temperatura va subiendo y el primer ascenso se lleva de lujo. El paso del pueblo que da nombre al puerto y las primeras curvas de herradura dan un toque chulo a la subida que después, sin mucho descanso y buenas vistas, mantiene el rumbo constante hasta la cima.

Al coronar, un nuevo valle y nuevas vistas. La bajada es rápida al principio pero luego hay que pedalear un poco así que aprovecho ese tramo para parar e inmortalizar el paisaje de Gredos. Hay que ir atento para no pasarse el cruce a izquierda que inicia la siguiente subida: Pedro Bernardo. Realmente al venir de Serranillos este puerto es un visto y no visto.





El puerto de Pedro Bernardo termina con las vistas y la buena temperatura que traemos para ofrecernos una bajada de pedalear, con poca pendiente pero muy larga, donde, en lugar de tener que ponerme el chaleco para bajar empecé a notar que me sobraba ropa... Paré en una fuente a mitad de bajada que queda a mano izquierda, en una entrada a otra carretera. Iba a ser importante llevar el agua a tope. Sobre todo llevando solo un bidón.

Y al llegar abajo, tras pasar el pueblo, ya estaba seguro que la temperatura iba a ser un problema. Un poco de llaneo, con algo de tráfico pero buen arcén hasta cruce de Gavilanes. El cuerpo me pide una parada, me quito la camiseta interior de rejilla (me quitaría hasta el maillot). Miro el Garmin y no me lo creo. De despertarme con 8 grados, en la furgo, a 38,8 a pie de puerto. Por delante los 22 kilómetros del puerto de Mijares y el sol del medio día... Ojú.

No hay prepuerto. Ni aproximación. Solo pendiente y por suerte algo de sombra en algunos tramos. Un pequeño descanso antes de Gavilanes te acerca con ganas al pueblo para darte el primer golpe con algo de adoquín y unas de las rampas más duras de todo el puerto. Antes del paso por Mijares cojo aire y sombra en un pequeño descanso, paro en medio del pueblo en una fuente bastante fresca y tentado de entrar a por una cocacola... pero decido dejarla para el final no sea que no tenga fuerzas para salir del bar...

El siguiente tramo se hace llevadero, bonitas curvas, bastante verde y pendiente moderada. Pero el calor... Tengo que parar ha quitarme un momento las zapatillas, me duelen bastante los pies. Voy ganando altura y viento. Sí, para colmo el viento. Por suerte la revirada carretera no deja que de mucho rato de cara.

Pasan los kilómetros. Pasa el tiempo. Pasan los abejarucos. Pasa un coche, o dos. Pero aun no me alcanza la vista para saber donde acaba el puerto. Tanta curva que no sé por donde será.

Pero pese a todo: ¡que disfrute!

Curvas, tranquilidad, paisaje, montaña, verde, abejarucos y sudor. Una maravilla.

No me creo que se acabe. Pero se acaba. Toca foto de rigor y recoger la bici del suelo que ha tirado el aire sin compasión. Otra foto y a disfrutar de una bajada ratonera, rápida, menos verde y arbolada pero muy chula.




Antes de Villanueva de Ávila giro a la izquierda acortando algo lo que tenía pensado pero voy seco y muy cansado. La opción que pensaba que sería llana o cuesta abajo se atraganta un poco. La primera parte tiene subida entre robles y algo de sube y baja hasta que abre y ya sí, se baja rápidamente a Navarrevisca, donde por suerte he dejado la furgo junto a una fuente estupenda para comer y reponer fuerzas.

Me quedo con ganas de repetir Mijares pero con más fresco y menos cansancio. Me parece todo un Don Puerto. Largo, bastante constante y pese a no tener grandes muros, un puerto duro, bonito y de los que se agarran.

Para finalizar dejo aquí los datos de Strava (aunque no me grabó la primera parte de Serranillos) y los perfiles de los tres puertos.