Y aquí estamos, en la primera marcha cicloturista a la que me apunto desde hace años. Con una mezcla de sueño, nervios y ganas, nos presentamos en la línea de salida. El tiempo amenaza lluvia pero la temperatura es buena. Libramos la neutralizada con dolor de manos y cuello, mucha tensión y algún susto, pero he de reconocer que la velocidad baja y constante ayuda a evitar caídas.
Vamos al lío. No me entero del final del tramo controlado hasta que empezamos a subir el primer puerto de 2ª, Mogarraz. Empiezo tapando huecos y mirando como sube el pulso. No hay mucha pendiente pero la velocidad impuesta por varios Esteve hace mucho daño. No tardamos en quedarnos unos 30. Me acuerdo de un consejo de días antes y hago el esfuerzo necesario para no dejar ese primer grupo. No tengo referencias y se me hace bastante largo pero al mirar por detrás parece un desierto. Pienso que ya no nos van a coger y que iremos más tranquilos así. Pero me equivoco, el grupo se relaja en la bajada y se acaba juntando mucha gente por detrás.

Trato de alimentarme y beber bien mientras rodamos tranquilos. Hasta que llega el Km 80 y en una curva cerrada a derechas veo que viene un rampón y bajo el plato... Error. Se sale la cadena y me quedo en medio de la carretera a verlas venir. La pongo lo más rápido que puedo mientras me pasa gente por todos los lados (literalmente). Ando unos metros para poder arrancar y como si me persiguieran a punta de pistola subo a Miranda del Castañar lo más rápido que puedo, pensando que era la siguiente subida larga y que se me iba el tren. Por suerte no fue así, antes de la subida a Cristobal enlazo y cojo aire. En dicha subida volvemos a apretar los dientes. Un poco más tranquilo veo como nos volvemos a quedar los mismos (unos 30). El ritmo es muy alto pero no llega a ser agónico. Puedo seguir comiendo y bebiendo bastante bien. He de agradecer al coche neutro el agua que nos ofrecía (mil gracias amigo).

La verdad es que se nota el buen rollo. Se puede hablar, comentar y yo aprovecho a preguntar por el perfil. Me aconsejan aguantar el paso de Bejar que tiene miga. Aunque también hay algún escarceo y algún amago de abanico en la recta antes de llegar al pueblo pero por suerte esto no es una carrera... y se llevan bien. Me llevo una gran sorpresa al paso por Bejar. Menudas rampas. De pronto pasamos por meta, la gente aplaude y doy ese punto de más que te sacan los aplausos. Solo 4 horas. Se me pasa por la cabeza que acabaremos antes de lo que pensaba. Sí y no. Pero enseguida llegan las rampas de la subida al Castañar y decido no tapar el hueco. A partir de ahora mejor un punto menos.


Con el objetivo cumplido me dejo caer animando a los compañeros que suben. Increíble el silencio con el aire a favor. No sé como he conseguido subir con ese viento. Ha sido muy bonito volver a sentirme un poco ciclista. Muy emocionante superar un reto y a la vez unos cuantos miedos. Puede que no se escapara ninguna lágrima pero hubo varios momentos que la vista se nublaba. Lo de la gente animando es una pasada. Muchas gracias a todos ellos y a la organización por el gran esfuerzo que suponen estos saraos.
Vuelvo a dejar el vídeo que me ha gustado mucho, por si alguno no lo habéis visto en mi otro post y, como siempre, aquí tenéis los datos de Strava.
¡Nos vemos sobre ruedas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario