15 de junio de 2019

CRÓNICA V MEMORIAL ANTONIO SUAREZ, CORPA 2019

Volvemos a intentarlo en Corpa, carrera que siempre se me ha atravesado, alguna vez por no poder ir, otra vez por mejor no haber ido y esta pues... otra lección.

Sí el año pasado el frío y la lluvia marcaba la carrera este año el sol se vengaba a lo grande. Menudo tostón. En el bar se quedan sin botellas de agua y busco por las fuentes del pueblo... por suerte en la barra pido hielo y eso al menos refresca.

Correr en Madrid siempre tiene un punto distinto. La salida es exigente, conozco el terreno rompepiernas y salgo lo más preparado posible. La pelea por la posición es constante pero nos mantenemos hasta la bajada. Se baja atacando, con mucha curva, frenazos, nervios, sustos... Al final no me toca a mi pero se salen unos cuantos y se empotran contra el talud de una curva, oigo gritos de dolor y freno con demasiada tensión, queda poca bajada, veo un cruce y tocará subir... que mal momento. Voy cortado, paso algunos corredores algunos me remontan, hacemos un pequeño grupo, trato de guardar porque veo gente muy buena a mi lado que creo que tendrán que tirar del carro... o no. En la primera subida no alcanzamos, bajada, ahora sí vemos la cola del grupo. Al final me cebo. La gente no pasa. Alguno de los "buenos" arrancan, no puedo seguir. Pasamos por meta y el repecho se me hace criminal. Otra vuelta... con este calor, en Madrid... seguro que acabo fuera igualmente, me doy la vuelta y al palco... otro año será... o no.

Como siempre los datos de Strava y la clasificación oficial, de fotos nada, sé que se hacen pero no aparecen por ningún lado. Otra vez.

12 de junio de 2019

CRÓNICA XXXVIII GRAN PREMIO SANTISIMO CRISTO DEL CALOCO-MEMORIAL MANOLO GEA, EL ESPINAR 2019

Otro año que me presento en el Espinar, esta vez carrera de tarde y solo nos dejan a los Master 30 acompañar a los Elite. Somos pocos pero se nos distingue...

Se arranca de salida y se logran ir. Esto es muy largo y nadie quiere quedarse antes de los puertos. Aun así y tratando de anticiparme intento saltar en un par de ocasiones, siempre guardando una bala. Lo hago en los últimos repechos antes de Ávila y me voy dejando caer en el grupo al paso por la población, demasiada guerra. La primera subida se hace con aire a favor y con un gran agobio de calor. El alto del Boqueron, no muy duro, no muy largo pero diríamos que un puerto de tercera o cuarta, lo hacemos a 33 km por hora.

Al coronar la pelea aumenta y me voy quedando algo atrás, en la bajada nos avisan de peligro por carretera en mal estado, hay alguna moto parada señalando, nos estiramos, nos cortamos, nos quedamos... el tramo final es de pedalear y tomar las curvas con fe, o conocimiento... el caso es que aunque no me veo mal, incluso me estorban algunos, pierdo el contacto y empiezo a subir desesperado el alto de San Bartolome.

Vamos haciendo grupo, tiro en la subida y cuando giramos tiro algo la toalla. Intento de todas formas que no se rompa, queda mucho que navegar. Estamos lejos de cualquier opción pero estamos en carrera y esto no es Madrid. Podemos llegar. Algunos chavales arrancan para explotar un poco más allá. Uno en especial se me queda en el recuerdo. Se pone a tirar fuerte y le digo que afloje que nos mata. Le dejo ir. Al poco le veo en el suelo. Llevaba una bici vieja, poco o nada habitual en carrera y estaba subiendo de pie. Supongo que rompió cadena y allí se quedó. No pude evitar reír.

En el tramo antes del puerto de la Lancha se rueda un poco por libre pero en la subida me toca poner ritmo otra vez. No me encuentro mal pero sé que viene el peor tramo para mi así que a mitad dejo paso a otro y guardo un poco. Los ánimos al coronar el puerto emocionan. En la bajada me voy quedando y se rompe el grupo. Llego con ayuda de una caritativa rueda amiga. El rodeo al Espinar se hace eterno.

Acabar el décimo en Master 30 sería un buen puesto pero en realidad me importa más haber acabado, por fin, esta carrera, aun con la espinita de quedarme en la bajada, una vez más, pero contento de saber que había atacado y lo había intentado, que había dado la cara y me había divertido, orgulloso de jugar a ser ciclista aunque fuera haciendo bulto entre los que aspiran a ser ciclistas de verdad.

Como siempre mis datos de Strava y la clasificación oficial.

8 de junio de 2019

CRÓNICA LIII GP EXCMO AYTO EL ESCORIAL-CAMPEONATO DE MADRID MÁSTER 2019

Volvemos al Escorial con más ganas aun que la primera vez. Toca campeonato de Madrid, creo que el primero de carretera que hago. El recorrido es parecido al de copa de España pero incluye la subida al puerto de la Cruz Verde.

Los primeros 25 kilómetros son nervios y terreno rompepiernas bastante favorable. No recuerdo nada reseñable, voy esperando el giro a derecha y tratando de anticiparme al cambio de carretera. Me adelanto en un par de ocasiones pero cuando llega el cruce no entro del todo bien, voy por fuera y a plato grande y... la cadena se cae de plato, trato de que suba en marcha al plato pequeño pero al final paro, lo intento con las manos pero voy a mil y los nervios convierten la operación en imposible... se bajan de un coche me ayudan, me monto mientras me pasan los ya descolgados anteriormente, los coches...

Termino el repecho y la carretera estrecha y bacheada desciende rápida. Demasiado. En el siguiente cambio de rasante se estrecha el paso y hay una caída. Se paran algunos coches y pierdo la inercia en esquivar como puedo. Sigo remando y adelantando a corredores sueltos. La carretera mejora. Se me acopla gente a rueda yo sigo con todo. Suelto a gente pero no recorto. Imposible.

En el cruce de la estación de Zarzalejo veo claramente la distancia y tiro la toalla, pienso en acortar. Me cogen algunos conocidos y me animan a seguir. Subimos el puerto. Me quedo solo. Cojo a algún corredor pero solo alcanzo a ver la cola del grupo llegando arriba, ellos ya bajan. Yo me rindo y bajo directo al Escorial aunque veo a gente que venía detrás mio que siguen adelante.

El cabreo me puede. Un fallo así echa a perder tanto esfuerzo que es peor que quedarte sin fuerzas. Pero bueno. No se da bien el Escorial. Otro año será... o no.

Como siempre dejo los datos de Strava y la clasificación general.

4 de junio de 2019

CRÓNICA V GRAN PREMIO CICLISTA TORREJÓN DE ARDOZ, 2019

Seguimos aprovechando ocasiones, esta vez una comunión me acerca a esta prueba a la que, a decir verdad, de otra forma nunca me habría planteado asistir.

Una clásica circuitada, como la de Rivas pero sin subida. Solo un ligero ascenso y un tramo de adoquín moderno. Las dificultades del día son las rotondas y por supuesto la velocidad.

Por suerte salimos pronto y dada la brevedad de la carrera, el calor no es importante. Llego a la parrilla más justo que nunca, el último y apurado por que no arrancaran sin mi. Al final pude tomar aire, un minuto o dos, que aproveché para saludar.

Salida en rotonda descendente y todos en fila. Casi no veo la cabeza ni en la distancia. Rotonda y para arriba. No hay respiro. Tampoco hay muchos huecos para adelantar. Trato de colocarme lo más arriba posible para evitar los látigos pero así estamos todos y no hay parón. La idea de arrancar por un lateral se repite en mi cabeza pero mis piernas me miran con cara de estar loco. No hay sitio ni forma. Sí que hay pequeños cortes en la bajada pero o bien los cierro adelantando o bien se cierran al frenar en la siguiente rotonda.

Las vueltas pasan rapidísimas. Voy remontando posiciones poco a poco por vuelta o cada vez queda menos gente... una de dos. Me voy animando y trato de arrancar en la subida. Nada. Se acaba antes de poder asomar el morro y sin darme cuenta solo quedan dos vueltas. El ritmo se incrementa más aún si cabe. Sé que ya es tarde. Trato de oler una posible caída y acabo a cola. Entro el último sin más. No ha llegado a la hora. Como se suele decir: Buen entrenamiento. 44 km/h de media.

No tengo fotos, pero sí crónica del Salchi, clasificación y datos de Strava.

CRÓNICA XXV MEMORIAL DAVID MONTENEGRO, EL ESCORIAL 2019

Ha pasado ya más de una semana y aun me dura el sabor agridulce de esta prueba. Mi primera de Copa de España y después de varios años intentando asistir, por fin la primera vez que corro en el Escorial. Tenía muchas ganas y quizá por eso no me quedara satisfecho al acabar descolgado.

Una tarde soleada, calurosa y con algo de viento. Muchos equipos agrupados en la salida. Más de 150 corredores. Mucho nivel. El recuerdo de todos al corredor homenajeado en esta prueba. Emotivo. Salida y acción.

La primera parte de la prueba es más bien favorable, rapidísima. El gran grupo se estira desde el principio. Se suceden algunos cruces, algún repecho y los típicos sustos. Estoy al frente en varias ocasiones que creo importantes. Aguanto la bajada de Valdemorillo pese a esquivar a un corredor pinchado y perder rueda. Me adelanto bastante bien para tomar la carretera de Quijorna. No empiezo a subir muy delante pero no veo peligro de cortarse hasta pasado Navalagamella. El viento más favorable hace que se estire el grupo y se produzcan cortes. Cierro un par de ellos con cierta facilidad pero sin descanso. Se hace largo. Se nota el calor. Mucha sed. No bajan las pulsaciones.

Entro muy mal en la carretera estrecha y bacheada de las antenas pero seguimos sin mayor problema. Al fin giramos y pasamos a mejor carretera para finalizar la subida de la Almenara. Remonto lo que puedo para bajar más tranquilo. Llego justo al llano antes de Robledo. El ritmo se para por el viento. Trato de seguir delante pero entre el túnel y las calles del pueblo me voy descolgando. Me encuentro con el comienzo de la subida de golpe. Además hay un autobús de línea parado justo en la curva y freno de más.

No soy consciente pero la subida hace mucho daño, voy remontando sin querer abusar. La subida empieza muy dura. Cierro algún hueco. Veo que suaviza y no puede quedar mucho. Aprieto a fondo y me doy cuenta que se ha roto el grupo. La gente ánima mucho. Empieza la bajada. Veo el corte claramente. Lo persigo con todo. No recorto. Pido ayuda. Voy solo. Rabia. Era la última subida...

Poco a poco nos vamos juntando. Gente más fuerte que yo en el llano, gente que te ve como un rival y que pide lo que no ofrece. Yo no puedo dar más. Trato de mantenerme. Me descuelgo. Me cogen por detrás. Me engancho. Reagrupamos y mantengo el ritmo tirando para que no se pare. Vuelta a empezar. Tiran y sufro de más. Se quejan de los que no tiran. Pasan los kilómetros. Agónicos. No se acaba. Me da igual llegar fuera de carrera, haber perdido el tren del grupo principal me tiene tocado. Por fin giramos para entrar al Escorial por el bosque de la Herrería y noto el vacío. Voy seco y vacío. Más deshidratado de lo que pensaba (de eso me doy cuenta al llegar a casa). Al menos he terminado.

Lo mejor, sin duda, fue encontrar en meta a mi amigo Jesús que solo había venido a ver la carrera esta vez, por desgracia. Gracias también a Miguelín por su apoyo y ánimos en los últimos kilómetros pese a ir con calambres.

Al final, en datos, tampoco estuvo tan mal, llegó una pequeña escapada, el grupo a más de 2 minutos y yo casi a 6, perder solo esos 4 en los últimos 20 kilómetros fue un gran pago en esfuerzo por no entrar bien colocado... me lo merezco.

No hay muchas fotos, pero puedo dejar crónica oficial, clasificaciones y, como siempre, mis datos de Strava.