6 de julio de 2019

CRÓNICA IV VUELTA A LAS PIRONAS, CANTIMPALOS 2019

Otro año más, carrera de casa, calor, viento, nervios... Este año entra en la copa de Castilla y León y hay ciertos intereses. El C.C. Getafe hace un marcaje ferreo hasta a sus propios compañeros, incluso a mi y algún otro que no puntuamos al ser de Madrid... pero bueno vayamos por el principio.

Este año al ir por libre decido correr con el maillot de la Nico, me apetece.
No somos muchos pero hay bastante nivel y representación variada de los equipos más conocidos en Master.

El viento soplaba, como es habitual, y decido anticiparme y arranco de salida. Aguanto en cabeza hasta la entrada de Escobar de Polendos y en la bajada que atraviesa el pueblo suelto por sorpresa al grupo que ya trataba de controlar el Getafe. A final del repecho me empiezan a superar. Al coronar veo que he estirado bien el grupo y es ahí donde se empieza a cortar. No puedo aguantar y voy dejando paso mientras trato de recuperar el mínimo aliento. En la bajada todo se abre un poco y busco sitio, se ve venir pero en ese momento no hay piernas. Se va un grupo y otro trata de alcanzar. Tiro de cabeza fría y espero a llegar a Turégano.

Allí, con el cambio de rumbo, el aire frena al grupo perseguidor pero la cabeza marcha lejos. Al cazar ese grupo se para un poco pero pese al sentido común y el aire de cara se suceden las arrancadas. El ritmo es muy controlado y me veo a mi mismo saltando a rueda y sin rueda... Pero poco a poco nos recortan siempre. También en los repechos. Se suceden ataques y en la parte dura se selecciona el grupo.

El paso por meta sirve para volver a tener el viento de lado, aguantamos, hay cuneta, más sufrimiento. A partir de Turégano más de lo mismo. Hasta el primer repecho. Arranco al mayor ritmo que puedo. Me coge Tomás Flor del Salchi (viejo amigo de estas lides) y le trato de seguir. Hacemos un buen corte. Pasamos el segundo repecho y llegamos al tercero. No voy mal pero llevo mucho rato pidiendo agua. Al fin me lo da un paisano en la cuneta. En ese momento cambio de postura para beber y al hacerlo, supongo que, me bajan las sales minerales en sangre y me dan unos calambres tremendos.

La experiencia me dice que siga pedaleando y lo hago pero en ese momento de la subida es imposible seguir al grupo y me voy quedando. Cuando se pasa trato de acelerar el ritmo pero es imposible cazar. Rabia y pena. No me alcanza nadie hasta casi el cruce de la carretera de Cantalejo. Son varios compañeros del Getafe que ayudan al que, a la postre, se llevaría la general. También llega con calambres. Llegamos con lo justo. Esta carrera nunca defrauda aunque hace unos años llegar ahí hubiera sido un éxito, nuevamente me dejaba un sabor amargo por haber perdido rueda al final. Otro año será... o no.

Como siempre os dejo la actividad en Strava y la clasificación general.

Cartel Prueba




No hay comentarios:

Publicar un comentario