21 de junio de 2016

CRÓNICA LVIII MEMORIAL JOAQUIN POLO "LA PEPINO"

Me despierto a las 7 de la mañana sin saber a donde voy a ir... Desayuno mientras me confirman que puedo apuntarme allí mismo, así que me voy a la famosa y clásica de Pepino (Gracias a los compis del Esteve por la gestión).

Del frío de Burgos al calor de Talavera en unas horas. No me conozco el perfil ni la zona, solo sé que hasta que no se corone el Pielago es todo subida y luego bajada... Vamos, que voy perdido.

Esta vez el silbato suena en la línea de salida y todos a correr. No me ha dado tiempo a cambiar de marcha y ya veo que se intenta escapar gente. El gran número de corredores del Esteve hace que a cada ataque salga uno de rojo, o que sea alguno de ellos el que salte, pero no parecen querer controlar la carrera y vamos a tirones y paradas. Perfecto para ir calentando.

Veo varias arrancadas delante mia y dudo, pero me parece pronto. Llego incluso por incercia entre latigazos a pasar en cabeza y contemplar tranquilo el verde paisaje... Al rato empiezo a notar el calor, me asusto al ver que llevamos tan pocos kilómetros, la cosa no va a ser fácil. Tengo que evitar distracciones en los momentos de paron y me centro en buscar gente y referencias. En una de estas sigo la rueda de uno de los que me parecían peligrosos y zas, parece que puede haber corte, así que esta vez le sigo. Buen repecho a la entrada de un pueblo, sufro todo lo que puedo para enganchar unas pocas unidades pensando que podíamos marcharnos pero se acaba uniendo otra vez el pelotón.

Parece que el Esteve lleva gente delante pero no le vale la escapada (se escucha) pero la cosa no cambia. Después de esa bala tirada me concentro en guardar y colocarme bien. No tardará mucho la prueba en lanzarse. Cruce muy cerrado a izquierdas, se viene con mucha inercia pero es una buena rampa, tengo suerte de tomarla por fuera y de simple instinto salir esprintando como si fuera la línea de meta. Aun así se van unidades por delante. Miro por detrás y solo me sigue el viento. Otra vez llega uno de esos momentos en los que crees que no puedes sufrir más pero aguantas y aguantas hasta que llegas al grupo.

Poco dura la alegría en casa del pobre, así que al poco de llegar vuelven las hostilidades y no consigo ni acabarme un gel. Veo que hay buenos galgos. Creo que por una vez estoy en el corte pero en el grupo bueno. Hay que aguantar como sea.

Parece que se acaba la subida, se abre un paramo y llega la pregunta: ¿Esto era el Pielago? -No, aun no hemos llegado. Pues nada. La cosa se estira. Carretera bacheada y en fila de uno, parece que hemos cogido unidades por delante. Tal vez se unieran algunos por detrás. O simplemente estirados parecemos muchos. Cuando vuelve a subir repetimos la pregunta: ¿Esto es el Pielago? -Tampoco. Animo a un par de compañeros que se quedan y aguanto otro poco. Me levanto. No me lo puedo creer. Otra vez ese "flaneo". Pues esta vez no me pienso rendir. Levanto la mano. Busco los coches. Se acerca el primer juez. Avisa por radio. Me dice que pare arriba. Es justo el premio de montaña, pero no, no es el Pielago... Es justo antes del incio. Me bajo y quito la rueda. Pienso en tirarla a la mierda pero recuerdo que es mia y me ha costado dinero. Me ponen otra. Me empujan. Se me hace eterno. Me tiro a tope. Vaya, ahora sí es el Pielago. Intento aprovechar el rebufo de los coches pero ya estamos subiendo y hay poco que hacer. Los consigo adelantar y conecto otra vez con los compañeros descolgados que me pasaron mientras estaba en boxes... Mi cabeza cierra el grifo del sufrimiento. Vamos a terminar y punto. Sé que puedo subir más deprisa pero...


No conozco la bajada, hay zonas con sombra, carretera bacheada y para colmo la rueda va como una piedra y el freno está practicamente pegado. El resultado es que me se me van los cuatro compañeros con los que logro coronar. Travesía del desierto. Soledad. Veo una mancha roja por detrás. Supongo que es Miguel otra vez. Mejor voy aflojando. Rodamos a relevos hasta que nos cogen otros dos y nos "llevan" a meta. En el camino hay dos repechos que nos golpean como el aire caliente que respiramos. Cartel de Pepino.

Me quedo con la sensación de haber podido hacer más, con rabia por dos días seguidos de pinchazos (cubierta nueva aunque no estaba mal) pero contento por acabar una prueba dura y exigente disfrutando de ir por una vez en el corte bueno... ^_^

Como siempre la clasificación, los datos de Strava, y una crónica de Jesús Nieto (C.C. Getafe) uno de los protagonistas de la escapada y tercer clasificado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario